LA ARMADURA DE DIOS

“Pónganse la armadura de Dios, para poder resistir las maniobras de diablo. Porque nuestra lucha no es contra fuerzas humanas, sino contra los Gobernantes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras. Nos enfrentamos con los espíritus y las fuerzas sobrenaturales del mal. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila, valiéndose de todas sus armas. Tomen la verdad como cinturón, la justicia como coraza y, como calzado el celo por propagar el evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea la Palabra de Dios. Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo, según los inspire el Espíritu. Velen en común y prosigan sus oraciones, sin desanimarse nunca, intercediendo a favor de todos los hermanos.” Efesios 6 , 11-18.

Antes de iniciar la guerra, revistámonos con la armadura, así como el soldado lleva el uniforme característico de la vida militar, de la misma manera los cristianos debemos revestirnos con la Armadura de Dios, la cual nos dará protección y nos permitirá resistir los ataques del enemigo. La Armadura Espiritual es en realidad nuestro Señor Jesucristo. Él es nuestra defensa y nuestra protección, revistámonos de Él, y así caminaremos en completa seguridad.

La armadura consta de 6 elementos, cada uno con caraterísticas especiales para batallar espiritualmente, a continuación hacemos un resumen de cada uno de ellos.

  1. Me ciño el cinturón de la verdad contra la mentira y los errores del enemigo astuto.
    – La verdad es Cristo, la verdad es el evangelio. Claro entendimiento de la palabra de verdad que es la Palabra de Dios.

    – Andar en mentira, es decir no andar en verdad, es andar en pecado.
    – Este cinturón ajusta toda la armadura y la mantiene en su lugar.
    – Cuando no decimos la verdad nuestra armadura se desajusta.
    – Al ceñirnos con el cinturón de la verdad, nos preparamos para la acción.
  2. Tomo la justicia como coraza, para proteger mi corazón de toda maldad y asegurar mi victoria.
    – Jesús es nuestra justicia, de la cual debemos estar revestidos.

    – Justicia es símbolo de santidad de vida, rectitud.
    – Nuestra activa obediencia a la Palabra de Dios, nos hace justos.
    – Esta coraza de justicia resguarda el alma y la conciencia y da valor para enfrentar al enemigo.
  3. Me coloco el calzado del celo por propagar el evangelio de la paz y dejo la seguridad y las comodidades del mundo para anunciar la Palabra de Dios.
    – Amor, denuedo, celo por un Ministerio fiel, anunciando el Evangelio de Cristo, quien es nuestra Paz, a pesar de que el enemigo esté a nuestro alrededor.

    – Quiere decir estar listos, disponibles en nuestro caminar con el Señor.
  4. Tengo siempre en la mano el escudo de la fe, para atajar las flechas incendiarias del demonio y cerrar el camino a las dudas e incredulidades.
    – La fe es un arma de defensa y protección para el creyente.

    – El escudo de la fe cubre y protege nuestro el cuerpo. Indica nuestro refugio y seguridad completa bajo la Sangre del Cordero Divino, por donde ningún poder del enemigo puede penetrar.
    – Sirve para atajar los dardos de duda y temor y también para cegar al enemigo.
  5. Uso el casco de la salvación, para proteger mi mente contra toda depresión y desesperanza.
    – La esperanza de la salvación es el único casco que puede proteger nuestra cabeza de apartarse de la verdad.

    – Este casco no permite que el demonio ponga dudas en nuestra mente acerca de la salvación, o pensamientos que nos alejen de Dios.
    – Muchas de las batallas del cristiano son libradas en la mente.
  6. Tomo la Palabra de Dios, como espada del Espíritu para cortar toda esclavitud y vencer a Satanás.
    – Esta espada se usa en sentido activo, para el ataque. Las demás piezas son para la defensa.

    – La Palabra de Dios sirve tanto de aliento para el creyente, como para atacar al enemigo.
    – Cuando la Palabra de Dios se hace viva en nuestra vida por medio del Espíritu Santo nos da poder y autoridad para vencer al enemigo.

Me visto con esta armadura viviendo y orando en el Espíritu sin desanimarme nunca e  intercediendo a favor de todos los hermanos.
– El orar
 en el Espíritu asegura la presencia de Dios, y la presencia de Dios asegura la victoria.

– La oración constante fortalece espiritualmente al creyente.
– La vigilancia en oración es muy importante en la vida del soldado, de lo contrario podrá ser sorprendido y destruido fácil.

Revistámonos con esta armadura e iniciemos un combate de fe en contra de los poderes de las tinieblas que quieren atacarnos.

Recuerda lo que nos dice 1a. Juan 4, 4: “Nosotros somos hijitos de Dios, y ya tenemos la victoria sobre esos mentirosos, porque Cristo que está en nosotros es más poderoso que el amo de este mundo.”